Medifestación

SOBERANÍA Y SALUD
Cerdanyola

El momento que nos atañe, requiere de enfoques diferentes. Queremos solucionar las cosas utilizando patrones caducos y volvemos a cometer una y otra vez los mismos errores esperando efectos distintos.

Esta nueva era no se sostiene ni en la lucha, ni en la defensa. Este nuevo enfoque se sustenta en el amor, la comprensión y nuestro poder intrínseco por muchos olvidado que se basa en la presencia y en la consciencia del ser. La lucha al igual que el miedo son alimentos del sistema que queremos dejar atrás.

Desde el conocimiento profundo que yace dentro de cada uno de nosotros se encuentra la solución real a esta situación. No juguemos al juego del engaño y de la víctima, no nos creamos pequeños ante la ilusión que se muestra ante nosotros, que clama a gritos que le hagamos caso para poder sobrevivir. Lo que somos no necesita de atención para ser, es más, nosotros somos la atención misma y por ende no necesitamos más para crear que estar presentes en nuestra propia esencia.

Con esta premisa y con la seguridad absoluta de que así es por pura consciencia, mi propuesta trata de lo siguiente.

Actualizar las manifestaciones y reconducirlas al nivel vibracional que se requiere actualmente para hacerlas tremendamente efectivas.

La gente se une en el espacio público que se decida, sin carteles, sin pancartas, sin gritos ni reclamos.

No pedimos ser libres porque ya lo somos, el que pide su libertad es que no se ha encontrado con su esencia todavía y en posición meditativa nos ponemos manos a la obra a crear la realidad que queremos desde el Amor. ¿Cómo? Estando presentes y convirtiéndonos en una emanación de aceptación y amor sin límites.

Podemos mantener distancias de seguridad, y toda clase de restricciones sin sentido que se nos quieran imponer, eso no nos va a importar ya que, al no haber ningún tipo de fricción no podrán hacer otra cosa que dejarnos ser.

Aquí no hay enemigos, aquí no existe un malo de la película. Aquí solo existe la perdida de uno mismo. Enfocarse en que existe un enemigo es crearlo y por lo tanto darle fuerza. Dirijamos el enfoque hacia nosotros mismos y desde ahí empecemos a emanar el cambio. No existe otra manera posible y el que no entienda esto, quedará atrapado en su propia sombra. En su propio juicio.

Por ello necesitamos juntarnos sin miedos y hacernos visibles. Grandes plazas, ayuntamientos parques, zonas en donde haya movimiento para que esa parte de nosotros aletargada, esos hermanos que divagan por el mundo sin rumbo encuentren la luz que han perdido.

Como decía, no necesitamos nada más que nuestra presencia e intención enfocada en el amor.

Tenemos un poder ilimitado increíble, pero nos hemos olvidado al crearnos límites. Al limitarnos nos hemos creído que somos algo concreto y hemos creado el tiempo y el espacio para corroborarlo constantemente. Por ello la única fuerza creadora que tenemos a mano antes de recordar que somos pura expansión es la atención que al concentrarse en cualquier punto especifico se convierte en posesión.

Esta fuerza la tiene a mano cualquiera de nosotros, aunque todavía no comprenda lo anterior la atención es nuestro poder creador, así que la respuesta es clara no atendamos a lo que no queremos crear.